martes, 5 de enero de 2016

EL ENCANTO DEL INVIERNO

Aunque el pueblo se quede vacío, el campo seco y yermo, percibo belleza. Sus calles mantienen el encanto que produce la mezcla de piedra y cielo. Y sus grises, ocres y marrones, paleta armónica, transmiten el rigor de la época. Todo en su conjunto desprende autenticidad.



Desde el barranco, al anochecer.

Los chopos sin hojas

El campo a la espera de nuevos cultivos.




Que bien se ven las piedras de la Noria